“No es problema, todo lo contrario, tenemos que quitar las caretas porque esto es lo que hay.” Así me contesta José Francisco cuando le pregunto si quiere que sus nombres aparezcan en la conversación “Si tú me hubieras hecho esta pregunta hace seis años te habría dicho por él (su hijo Iago) que no, pero en este momento a él no le importa y a mí tampoco”. Y es que vamos a hablar sobre ESQUIZOFRENIA PARANOIDE, la enfermedad mental que le fue diagnosticada a Iago, a los 16 años. Una enfermedad mental cuya sola mención provoca el temor de quienes escuchan su nombre. En la familia, sin embargo, provoca pena, tristeza e impotencia por ver sufrir atrozmente a quien la padece, en este caso, un hijo.
En una enfermedad como la esquizofrenia parece que la enfermedad llega de un día para otro pero no es así “Aunque a nosotros nos pareció al principio que había sido de la noche a la mañana, después cuando nos hemos puesto a analizar su vida, nos hemos dado cuenta de que ya antes tenía síntomas. Iago tenía depresiones o decaimientos desde los 7 años, en primavera, navidades… pasaba días en los que no quería salir de casa, no quería ir al colegio… ahora nos lo preguntamos, si ¿pudo ser el origen? Tal vez, no lo sabemos a ciencia cierta, pero pudo ser. Sigue leyendo