Tras cuatro años de conversaciones con pacientes y familiares sobre la enfermedad en la vida, me doy cuenta de que hay algo que todos ellos, en algún momento del proceso de la enfermedad, han echado de menos: “la delicadeza”. 
Y es que no resulta fácil. Ante determinados momentos de la enfermedad, entramos a menudo en “modo pánico” y hacemos o decimos cosas fuera de lugar o que duelen, incluso con la mejor de las voluntades. Pero, tal vez si somos conscientes de ello… solo tal vez, la próxima vez lo podamos evitar. Son frases, gestos y actitudes que se describen y repiten una y otra vez, en cada una de las conversaciones de este blog, y que repetirlas aquí y ahora, no sería sino otra manifestación de falta de “delicadeza”.
¿Cómo describiría yo “la delicadeza” en la enfermedad?